samedi 25 juillet 2015

Alzheimer et musique


Accueil de jour Alzheimer - Villiers-Saint-Denis - Fin 2013
   

Près de 50 millions de personnes sont touchées dans le monde par la maladie d’Alzheimer. Si aucun progrès n’est fait il y aura, en 2050, 135 millions de personnes âgées qui passeront la fin de leur vie dans l’ignorance de leur passé et en ne reconnaissant plus leurs proches. Aujourd’hui déjà, la société se demande comment elle pourra faire face à cette souffrance, mais aussi à l’explosion des coûts d’accompagnement des malades. L’industrie pharmaceutique, échaudée par plusieurs coûteux échecs, s’est longtemps sentie impuissante face à cette maladie du système nerveux central. Sa compréhension, comme celle du cancer il y a vingt-cinq ans, est très lacunaire. Les choses sont en train de changer, à la lumière des études présentées lors d’un congrès médical qui vient de se terminer à Washington. Certaines constantes apparaissent: le rôle majeur de deux protéines dans le processus de la maladie, ou l’importance du mode d’administration et de la dose du médicament à prescrire. Quelques groupes pharmaceutiques annoncent qu’ils recommencent à y mettre les moyens. À court terme (d’ici 2020), on attend, au mieux, que la possibilité de ralentir le déclin.

Ce qui suit relate une expérience d’utilisation de la musique dans un établissement d’accueil. D’autres voies intéressantes et du même ordre sont aussi explorées, qui ne figurent pas ici. (Extrait d’un article en espagnol, tiré du quotidien ABC).

 

Los recuerdos que el alzhéimer no puede borrar

Un grupo de jóvenes pone en marcha una terapia que, a través de la música, consigue efectos inesperados en los afectados por la enfermedad.

 

Se conoce como música autobiográfica a aquella que nos ha acompañado durante los momentos más importantes de nuestra vida.
Esa melodía con la que nos hemos enamorado, reído, llorado o, simplemente, bailado hasta que las plantas de los pies llegaron a decir basta.
Esas notas, que conforman la banda sonora de nuestra existencia, están tan pegadas a nosotros que al alzhéimer, encargado de fulminar cruelmente nuestros recuerdos, le cuesta acabar con ellas.
De hecho, es curioso cómo entre las últimas áreas en desaparecer del cerebro afectado por la enfermedad se encuentran las encargadas de la memoria musical y nuestra capacidad de sentir emociones.

Un grupo de jóvenes de Granada trabaja hace ya dos años en una terapia a la que bien han denominado Música para despertar y que cada día ponen en práctica en el centro de mayores.
Allí, los ancianos con el mal de Alzheimer han vuelto a sonreír, a soñar, a recordar las canciones de su vida e incluso, aunque cueste creerlo, a cantar.

La terapia, ayuda entre otras cosas a acabar con la agresividad y el nerviosismo característicos de este tipo de enfermos.
Conseguimos que se calmen y permanezcan sentados durante un buen rato.
Hay, incluso, quienes se arrancan a bailar sevillanas. La respuesta es inmediata.
La música —prosigue el psicólogo— ayuda a los pacientes a mantener la atención, algo muy difícil en un enfermo de alzhéimer.
Por ello, solemos utilizar las canciones para intentar que hagan una actividad que les resulte difícil, por ejemplo caminar hacia algún sitio.

La música provoca un estado de alegría y felicidad impresionante. Solo nos hablan de cosas alegres.
Y es que, si algo necesitan los enfermos de alzhéimer, es sentir cerca calor humano.
En la Universidad siempre estudiamos que el profesional debe tener una cierta distancia con el paciente, pero aquí es imposible llevarlo a cabo ya que ellos reclaman besos, abrazos... necesitan sentirse queridos.

Accès à 2 vidéos qui illustrent ce qui précède :
. Canción de PACO                                  https://youtu.be/ucPycS3Q6gI
. Reacción de PAZ a Frank SINATRA   https://youtu.be/cM4FHLll6fs



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